martes, 10 de diciembre de 2013

¿Es cierto pues que la muerte es el final de todos?;
Mundana y banal preocupación es ésta;
sin sentido e infundada, vive la vida.
Disfrutala y alabala, milagro ésto es;
que respires cada mañana, para que vivas así;
una vida feliz y apacible; hermosa y dorada;
dorada como el oro, blanco como las nubes;
vive una vida pura; y miedo no tendrás;
pues la hora final de cada uno, siempre nos llegar;
El truco está, en aceptarla con amabilidad.

Destino

Sabré pues, mi destino encontrar, a través de los valles del tiempo, a través del mar de la eternidad; en algún momento llegaré al final. Final en el que me sentaré a recordar a mi pasado añejo, joven e ingenuo, cual niño bello, hijo de madre y padre, que me quise adelantar, y ahora que en la cumbre de mi vida estoy, cerca de abandonar, que las cosas suceden al azar; ya que el destino de nadie es el destino de controlar.