Sabré pues, mi destino encontrar, a través de los valles del tiempo, a través del mar de la eternidad; en algún momento llegaré al final. Final en el que me sentaré a recordar a mi pasado añejo, joven e ingenuo, cual niño bello, hijo de madre y padre, que me quise adelantar, y ahora que en la cumbre de mi vida estoy, cerca de abandonar, que las cosas suceden al azar; ya que el destino de nadie es el destino de controlar.
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